¿Necesitas acabar de manera urgente con tu desatasco? ¡Contáctanos sin compromiso alguno!

Qué hacer para descongelar las tuberías

qué hacer para descongelar las tuberías
Índice

En invierno siempre es importante saber qué hacer para descongelar las tuberías sin romperlas y sin causar más problemas. Lo bueno es que, si actúas rápido y sigues los pasos correctos, puedes solucionar el problema tú mismo o, al menos, evitar daños mayores hasta que llegue un profesional.

Hoy, te explicamos la mejor solución a las tuberías congeladas paso a paso, lo que no debes hacer jamás y cómo prevenir que vuelva a ocurrir.

Solución a las tuberías congeladas paso a paso

Cuando el agua que circula por las tuberías se congela, aumenta su volumen y ejerce una presión enorme sobre las paredes de la tubería. Esa presión puede llegar a romperla, incluso aunque esté hecha de metal.

Por eso, no se trata solo de descongelar el hielo, sino de hacerlo sin provocar una rotura y de forma segura y gradual. Veamos qué hacer para descongelar una tubería.

1. Abre el grifo para liberar presión

El primer paso, y quizás el más importante, es abrir el grifo conectado a la tubería congelada. Hazlo incluso si no sale agua. Esto sirve para liberar la presión interior y permitir que, a medida que el hielo se derrita, el agua fluya.

Si el agua empieza a salir poco a poco, significa que vas por buen camino, el hielo se está fundiendo y la presión está bajando. Te aconsejamos abrir tanto el grifo de agua fría como el de agua caliente si la instalación lo permite. Cuanta más salida tenga el agua, mejor.

2. Aplica calor

Aquí llega el momento de actuar directamente sobre el problema. Para descongelar las tuberías, necesitas aplicar una fuente de calor constante y controlada sobre el tramo afectado. Hay varias formas seguras de hacerlo:

  • Secador de pelo. Coloca el secador a unos centímetros de la tubería y dirige el aire caliente de forma uniforme, moviéndolo lentamente.
    Evita acercarlo demasiado o concentrar el calor en un solo punto para no dañar el material.
  • Lámpara de calor o calefactor portátil. Deja que el calor se distribuya de forma natural por la superficie. Si lo haces en una zona cerrada, como un sótano o bajo un fregadero, asegúrate de mantener una buena ventilación y evitar el contacto directo del aparato con materiales inflamables.
  • Toallas calientes. Si no tienes un secador a mano, puedes empapar toallas en agua caliente, escurrirlas bien y envolver la tubería con ellas. Cámbialas cada pocos minutos para mantener la temperatura. Es un método más lento, pero muy eficaz y seguro, sobre todo para zonas pequeñas o de difícil acceso.
  • Un truco que suele ir muy bien: si localizas fácilmente el punto donde la tubería está congelada, empieza aplicando calor desde el extremo más cercano al grifo y avanza hacia la parte más fría. Así evitarás que el vapor o la presión queden atrapados dentro del hielo.

IMPORTANTE, nunca utilices fuego directo ni aparatos de llama abierta.

3. Mantén el calor

Descongelar una tubería no es cuestión de un minuto. Aunque el agua empiece a fluir, debes mantener el calor durante un tiempo más para asegurarte de que todo el hielo interior se haya derretido. Puedes dejar el secador o la lámpara funcionando a baja potencia unos minutos más, comprobando que el caudal del grifo vuelve a ser normal.

Si la tubería está en una zona muy fría (por ejemplo, un garaje, un sótano o una pared exterior), mantén la calefacción encendida en la casa para ayudar a estabilizar la temperatura del entorno.

4. Inspecciona la tubería con cuidado

Una vez que el agua vuelve a fluir, es el momento de revisar si la tubería ha sufrido daños. El hielo puede haber provocado pequeñas grietas que, con la presión del agua, se transformen en fugas.

Pasa la mano (con cuidado) por la tubería para detectar zonas húmedas o filtraciones. Si observas cualquier gota o goteo, cierra la llave de paso principal y llama a un fontanero o servicio de desatascos urgentes. No utilices objetos afilados para romper el hielo ni trates de raspar la tubería, y no apliques fuego directo, como un soplete o una vela, aunque tengas prisa. Las llamas abiertas pueden dañar el material o provocar un incendio si hay elementos inflamables cerca.

¿Qué no hacer al descongelar tuberías congeladas?

Cuando se congela una tubería, la tentación de «hacerlo rápido» puede ser grande, pero hay errores que pueden salirte muy caros. Estos son los principales:

  1. No utilices un soplete, calentador de queroseno o estufa de gas. El fuego directo puede deformar o incluso derretir tuberías de PVC y provocar un incendio. En el caso de las tuberías metálicas, el cambio brusco de temperatura puede generar microfisuras.
  2. No golpees la tubería. Aunque parezca una solución rápida, los golpes pueden agravar la rotura o desplazar las uniones.
  3. No descongeles sin abrir el grifo. Si no dejas salida al agua, la presión interna puede hacer que la tubería estalle en cuanto el hielo empiece a derretirse.
  4. No intentes desmontar la instalación sin conocimientos. En ocasiones el hielo se acumula en zonas ocultas, y forzar una unión puede romperla por completo.

En resumen, usa el calor de forma gradual, nunca el fuego, y mantén siempre una vía abierta para que el agua fluya.

¿Cuánto tiempo tarda en descongelarse una tubería?

Por lo general, una tubería congelada tarda entre 20 y 40 minutos en descongelarse si aplicas calor constante de manera correcta.

Si después de ese tiempo el agua no empieza a fluir, puede que el hielo esté en una zona más profunda o inaccesible. En ese caso, no insistas con el calor durante horas, ya que podrías dañar la instalación.

Lo mejor es llamar a un profesional que utilice equipos específicos, como máquinas de aire caliente, resistencias eléctricas o cámaras térmicas para localizar el punto exacto del bloqueo.

Consejos para prevenir la tubería congelada

Ya sabes cómo descongelar las tuberías, pero lo ideal es no tener que hacerlo nunca. Con unas pequeñas precauciones puedes evitar que el problema se repita cada invierno. Te dejo mis consejos como profesional de desatascos:

  1. Aísla las tuberías expuestas. Las tuberías que están en zonas frías, como garajes, áticos, sótanos o exteriores, son las más vulnerables. Utiliza aislante térmico o espuma protectora para cubrirlas, especialmente en los tramos que dan al exterior o pasan por paredes sin calefacción.
  2. Mantén una temperatura constante en casa. Durante los días más fríos, no apagues completamente la calefacción por la noche o cuando salgas. Basta con mantener una temperatura de unos 17ºC para que el interior de las paredes no llegue al punto de congelación.
  3. Deja un hilo de agua corriendo. Si se prevé una ola de frío extrema, deja el grifo más alejado del contador goteando ligeramente. Ese flujo constante de agua impide que se forme hielo dentro de la tubería.
  4. Purga y vacía tuberías en segundas residencias. Si tienes una casa de campo o un piso que pasa meses sin uso, cierra la llave de paso y vacía las tuberías antes del invierno.
  5. Cubre y protege el contador. El contador del agua también puede congelarse y dejarte sin suministro. Protégelo con materiales aislantes, pero sin envolverlo herméticamente, para evitar la acumulación de humedad.
  6. Siempre presta atención a las primeras señales. Un flujo de agua débil, ruidos extraños en las tuberías o una zona de pared especialmente fría pueden ser indicios de que el agua está empezando a congelarse.
  7. Llama a profesionales si no puedes localizar el problema. Esto es especialmente recomendable si se trata de tuberías empotradas o enterradas, donde aplicar calor de forma casera no es posible.

Saber qué hacer para descongelar las tuberías puede marcar la diferencia entre una simple incidencia y una avería grave. El secreto está en actuar con rapidez, aplicar calor de forma segura y no forzar el sistema. Y sobre todo, no uses fuego ni objetos peligrosos.

Si ves que el problema persiste o no puedes localizar la parte congelada, contacta con un profesional especializado en desatascos y fontanería.