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Cómo evitar el hollín en las chimeneas

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El olor a leña, el calor del fuego… No hay nada como una chimenea encendida para crear un salón tan acogedor. Por otro lado, si no le damos un buen mantenimiento, puede haber problemas, como el hollín. Esa capa negra y grasienta que se forma dentro del tiro, en las paredes y, sobre todo, en el cristal de la chimenea. Y no solo es antiestética: el hollín puede afectar a la eficiencia del fuego, provocar malos olores, devolver humo al interior y, en casos graves, convertirse en un riesgo de incendio.

Hoy, os explicamos paso a paso cómo evitar el hollín en tu chimenea, cómo actuar si el problema está causado por leña húmeda, cómo mantener el cristal limpio y qué hacer si el humo se revierte hacia la habitación. Vamos a ello.

Paso a paso para evitar el hollín en tu chimenea

Es cierto que el hollín es inevitable en cierta medida cuando se utiliza leña como combustible, pero sí se puede reducir considerablemente si aplicas estas cinco claves que os vamos a dar ahora. Son prácticas sencillas que, si se convierten en rutina, te ayudarán a mantener tu chimenea limpia y en buen estado.

1. Usa solo leña seca

Parece obvio, pero es el primer error que comete mucha gente. La leña húmeda o verde genera mucho más humo al arder, lo que hace que se acumule mucho más hollín. Además, al no quemarse de forma eficiente, produce menos calor y genera más residuos. Por lo tanto, usar solo leña bien curada es el paso más importante para evitar la acumulación de hollín en la chimenea.

Ten en cuenta que la leña debe tener un nivel de humedad inferior al 20%. Lo más ideal sería que haya estado secándose durante al menos 12 meses en un lugar ventilado y protegido de la lluvia. ¿No sabes si está seca? Golpéala: si suena hueca y ligera, está lista. Si es más pesada y suena apagada, necesita más tiempo.

2. Disuelve el hollín con productos químicos

No van a sustituir una buena limpieza manual, pero los productos anti hollín en forma de troncos o polvos son un buen complemento para mantener limpio el tiro de la chimenea. Al quemarse, liberan sustancias que ayudan a reblandecer el hollín y las creosotas que se han adherido a las paredes internas del conducto. Esto facilita su eliminación cuando lo limpies más adelante y evita que el residuo se vuelva inflamable.

Úsalos cada cierto tiempo como prevención, especialmente si la chimenea ha tenido mucho uso. También os recomendamos  hacerlo tras varias horas de uso, cuando la chimenea está caliente, para que su efecto sea mayor.

3. Limpieza regular con el cepillo adecuado

Utiliza un cepillo metálico tipo erizo con la medida justa del conducto, y limpia tanto el interior del tubo como la zona de la campana y el recoge cenizas. Hazlo una vez al mes en invierno si usas la chimenea con frecuencia. Y como mínimo una vez antes de la temporada y otra después.

Te dejamos por aquí un artículo más completo si quieres saber en más profundidad cómo limpiar tu chimenea.

4. Fuego siempre caliente

Un error habitual es mantener un fuego bajo y lento durante muchas horas, pensando que así se calienta mejor el hogar. Sin embargo, los fuegos lentos generan más humo, más residuos y más hollín. Los primeros 15 minutos de encendido son clave. Usa pastillas ecológicas y pequeños troncos para conseguir un fuego rápido y eficiente.

¿La solución? Enciende el fuego con buen tiro desde el principio. Haz que arda con llamas vivas para que la temperatura del conducto suba rápido. Una chimenea caliente genera una mejor combustión y favorece que los residuos se eliminen en forma de gas, no como hollín.

5. Instalación de un protector contra chispas

Esto es más que nada para que tengas otra forma de protegerte contra las chispas, que pueden ser un riesgo para los muebles y también para el humo que regresa. Un protector o rejilla metálica frente al hogar ayuda a contener las chispas y a dirigir mejor el flujo del aire.

Además, con esto evitas que el aire frío del exterior se meta dentro del hogar si la puerta de la chimenea no cierra del todo. Ese aire frío puede hacer que el humo no suba correctamente y deje más hollín.

Cómo evitar el hollín en la chimenea si es por leña húmeda

cómo hacer para que no se devuelva el humo de la chimenea

Si has estado utilizando leña húmeda sin saberlo, no te preocupes: es muy común. El problema es que ya habrás dejado bastante hollín acumulado. Te recomendamos:

  1. Haz una limpieza a fondo del tiro antes de volver a encenderla.
  2. Revisa que no haya obstrucciones (como nidos o tapones de hollín seco).
  3. Cambia completamente de proveedor de leña o empieza a almacenar la tuya con antelación y en condiciones óptimas.
  4. Puedes usar troncos limpiadores para disolver residuos antiguos acumulados.

¿Cómo hacer que el cristal de la chimenea no se ponga negro?

El cristal negro es una señal clara de que hay una mala combustión. Puedes estar causándola si estás usando leña húmeda, hay falta de tiro o el aire primario está mal regulado, el fuego está muy bajo y sin oxígeno suficiente, o ya tenías una acumulación previa de hollín.

Para evitarlo:

  1. Usa solo leña seca, y asegúrate de colocar bien los troncos, dejando espacio para que el aire circule.
  2. Mantén la entrada de aire ligeramente abierta, especialmente durante el encendido.
  3. Asegúrate de que el cristal esté limpio al encenderla. El hollín viejo facilita que se adhiera más suciedad.
  4. Si tu chimenea lo permite, utiliza la función de autolimpieza por aire, si tiene esa opción claro.
  5. Si ya está negro, frota con papel de cocina mojado en ceniza y un poco de agua caliente. Es un truco casero que funciona sorprendentemente bien.

¿Cómo hacer para que no se devuelva el humo de la chimenea?

Otro de los grandes problemas relacionados con el hollín. Lo puede estar causando:

  • Tiro sucio u obstruido
  • Conducto mal diseñado o demasiado corto
  • Presión negativa en tu casa (por ejemplo, por una campana extractora funcionando)
  • La condición meteorológica del día, como que haya un viento muy fuerte en tu ciudad, o baja presión

Para mejorar el tiro, puedes precalentar el conducto con una pequeña llama o un secador de pelo en la entrada del tubo durante unos minutos antes de encender el fuego. Así se crea el flujo ascendente desde el principio y la posibilidad de que el humo vuelva hacia ti es mucho menor. También debes: asegurarte de que la chimenea esté completamente limpia antes del invierno, instalar un sombrerete antirrevoco en la salida exterior si vives en una zona de mucho viento, evitar encender la chimenea con puertas o ventanas abiertas de forma que alteren el flujo de aire y tampoco usar la campana extractora de la cocina mientras esté la chimenea encendida.

Con todo esto, no solo vas evitar el hollín en las chimeneas, sino que también conseguirás que el fuego sea más limpio y eficiente. Y si crees que necesitas una limpieza más a fondo o una revisión del sistema de tiro, no dudes en contar con un profesional de limpieza de chimeneas. A veces, una buena intervención a tiempo ahorra muchos problemas en el futuro.